Este miércoles concluye la prueba del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, Pisa (por su sigla en inglés), que desde ayer presentan 13.459 alumnos en 380 instituciones educativas del país.
Aunque los resultados no se conocerán enseguida, el Gobierno declaró una gran expectativa por ellos. En las tres ocasiones anteriores en que Colombia ha participado, el 40% de quienes presentaron el examen quedaron en un nivel de desempeño bajo. De hecho, quedamos en el último lugar principalmente por los bajos indicadores en temáticas financieras.
El énfasis en esta ocasión es la ciencia. En otros momentos la evaluación se enfocó en matemáticas y lectura. Por primera vez los estudiantes han podido responder a través de un computador, sin perder de vista el enfoque original de la prueba, que es identificar cómo los jóvenes logran solucionar problemas de forma asociativa y colaborativa.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OCDE, encargada de la medición que también se aplica en 79 países, incluyó para 2015 un módulo de simulaciones animadas que confronta al estudiante con situaciones de la vida real.
Con todos esos referentes Colombia estuvo preparándose para esta cita. Los 270 colegios públicos y 80 privados que participan realizaron desde hace tres años ejercicios que permitieron identificar las áreas más débiles.
La idea, en todos los casos, es mejorar los resultados, que en su momento generaron un gran cuestionamiento sobre la calidad de la educación en el país.
Si bien, las organizaciones de educadores han restado importancia al informe Pisa, en tanto no estaría midiendo, en contexto, el nivel de los estudiantes colombianos, ni justifica el cuantioso gasto en que ha incurrido el Gobierno para la preparación, es claro que representa un faro para entender las condiciones de nuestro sistema de formación.
Con la evaluación pasada, las autoridades dispusieron reformas curriculares y ajustes en los métodos de instituciones públicas y particulares. Otras naciones, como Perú, declararon la emergencia educativa, haciendo ver que el problema era serio y tenía connotaciones regionales.
En el nivel local, la Alcaldía de Barranquilla acaba de implementar en 150 escuelas de la ciudad el método Singapur, que busca masificar la enseñanza de las matemáticas a través de la lúdica, como respuesta a la necesidad de una mejor formación de sus estudiantes.
En concordancia con la Pisa, el método tiene el objetivo de aumentar las competencias para la resolución de problemas, interpretar fenómenos físicos, sociales y matemáticos, razonar y argumentar, mientras se manipulan expresiones matemáticas.
Ahí y en los otros casos, la idea es sobreponerse a los referentes internacionales que están definiendo hoy la calidad educativa y, en su marco, ir construyendo modelos que preparen a las nuevas generaciones frente a los retos de desarrollo que tienen países y ciudades.
Pues, con todas sus implicaciones, la prueba mide el momento de una historia de mejoramientos en la formación que debe ser constante.